lunes, 25 de julio de 2011

Hacia una cultura planetaria; sobre el origen de los estados de ánimo en la consumación de una obra de Arte.

 I


" Como planta, nací cerca del cementerio, como hombre, nací en la aldea del Pastor" ( Autobiographisches aus den Jahren 1856 - 1857, Sclechta, 196, III, pg. 108), así se expresaba Nietzsche a los 19 años; huérfano de padre desde hacía 14; pudo heredar la pasión por la música, el sentido religioso del deber, así como la débil salud que lo acompañó durante su trágica existencia.
      Inspirado quizás por la lectura de Emerson ( 1858), Nietzsche comienza a incursionar en los estados de ánimo: " Confesémoslo; yo escribo sobre los estados de ánimo precisamente porque tengo un estado de ánimo; y es una suerte que justo ahora me encuentro en el estado de ánimo de escribir estados de ánimo"; los estados de ánimo son como los huéspedes de nuestra alma", he citado este pasaje, al igual que Mazzino Montinari porque indica el carácter de los escritos de Nietzsche.
          Mi propuesta consiste en pensar que Nietzsche ha incursionado en los estados de ánimo de los creadores en el momento de consumación de una obra de arte. Una obra de arte significa: " dar un estilo al alma y no sólo a los pensamientos".
          Embebido de Emerson, Sterne, Byron, Schiller, Goethe, Hölderin, Novalis, Kerner, Platón, Cervantes, Alexander von Humboldt y la esencia del cristianismo de Ludwing Feuerbach, la historia de la literatura del siglo XVI de Hernam Hutner y obras historiográficas como la historia de la revolución francesa de Eduardo Arnd ( 1851); además de Franz Gandy y Ludwing Rellstab y Manfred de Byron, atraviesa Porfta.
          En 1862,  las Universidades Alemanas contaban de gran prestigio; el pueblo, pensaba que los jóvenes sabios de Leipzig, Berlín, Jena, Heidelberg o de Bonn, influenciados  por sus maestros, se habían armado contra Napoleón para salvación de la raza alemana.
        El joven Nietzsche, admiraba a estos profesores y a los adolescentes que representaban la patria armada para el trabajo"[1]
       Según Hálevy, Nietzsche "  Deseaba impacientemente conocer a sus contemporáneos sobre los cuales iba a ejercer sus ideas[2]", pero pronto se vió desilusionado pues " el era poeta y como tal necesitaba lirismo, intuición y misterio, no podía contentarse con el mundo claro y frío de la  ciencia"[3]
        El  joven Nietzsche concebía la belleza,  la virtud, la fuerza, el heroísmo, como fuerzas que deseaba para sí mismo, pero, según Hálevy, jamás había deseado una vida feliz, gustaba de los poetas griegos, de Byron, pero se abstenía de omitir palabras.
        Una anécdota de Hálvey cuenta que cuando Nietzsche, en 1865, decide ir a Leipzig a acabar sus estudios; llega a  esa ciudad desconocida y se siente feliz que el azar lo  haya traído a inscribirse justo en el  aniversario de la inscripción de Goethe, a quien, advierten los doctos, no se debe tomar  por modelo, ya que no fue un "buen  estudiante"[4]
         El azar también  puso en  sus manos el  libro de Schopenhauer:   El mundo  como  voluntad y representación, quizás  para consolarlo en el desierto de la vida.
       Gozosa  experiencia  que lo conducen casi a  la  vigilia, y a la composición de su música; creyendo haber  colmado su alma de verdad.
        En aquel entonces, como joven, Nietzsche tenía  la  necesidad de admirar, pues, ésa es también una forma de amar, por eso, una de sus primeras alegrías fue Schopenhauer  y  otra, cuando lee y expone el resultado de sus  investigaciones  sobre los manuscritos  y  variantes de Theogonis.
     Nietzsche fue el alumno  preferido de Ritschl, quien lo nombra profesor de Basilea.
         En 1866, pasaba sus jornadas en la biblioteca de Leipzig, descifrando difíciles manuscritos bizantinos, y en 1867 intentaba escribir sus trabajos filosóficos en un estilo cuanto menos " pasable" expondiendo las demostraciones con rigor sin caer en la pedantería erudita de las citas. ( 53) ( Carta a Paul Dessen, 4 de abril de 1867)
" Al comprobar lo fatigoso que le resultaba escribir bien, Nietzsche se consolaba recordando que los autores del estilo reconocido por él afirman únicamente que es difícil escribir bien, que nadie posee por naturaleza un buen estilo, y que, para adquirirlo, es preciso trabajar y superar una resistencia considerable".
          En cuanto a las clases de la Universidad lo que le interesaba era el método de enseñanza, ser " profesor práctico".
        En 1866 se desata la guerra Austro - Prusiana, Alemania meridional
          En 1867, se  incorpora al  regimiento de artillería acuartelado en Naumburg, interrumpiendo sus lecturas de Harthman, Diethring, Lange, Bahnsen, a quienes admiraba y toma  contacto  con la  vida de  la guerra.
         Podemos decir que conoce la vida  a través del dolor  de los enfermos que cura, oyendo las quejas  y limpiando las llagas de los soldados encerrados en un vagón de mercancías.
           Podemos definir junto con Hálevy al hombre trágico  como  aquel que es  la  naturaleza misma en su más alta  fuerza de  creación y de  conocimiento,  aquel  que juega con el dolor.
          Un Nietzsche que espera una sociedad; formar ideales de la patria, en una  disciplina que descubre y desea esperar.
  Y afirmar que al igual que un griego piensa que en el dolor y en la tragedia, los hombres han inventado la belleza.
"... Mas aquel a quien la contemplación le traiga al recuerdo el ideal del reformador actual del arte, tendrá que decirse simultáneamente que aquella obra de arte del futuro no es por acaso un espejismo brillante, pero engañoso: lo que nosotros esperamos del futuro, eso ha sido ya una vez realidad - en un pasado de hace 2000 años"
Friedrich Nietzsche (Del drama musical griego).


El Nacimiento de la tragedia
I

" Ich bin nur ein Worter - macher:
was liegt and Worten!
Was liegt an mir!"[5]
Friedrich Nietzsche.

       Podemos decir, que la tragedia, que adquirió su forma original en Atenas a finales del siglo VI A.C.,  como poema dramático, producto del lamento del dios que muere o que sufre, y que generalmente se representaba en primavera como culto ritual de Dionisio, se transforma en obra de arte porque se convierte en un medio para analizar cuestiones filosóficas a través del teatro.
      Desde este punto de vista, y como un primer acercamiento a la temática propuesta, situarnos desde la perspectiva de los conflictos de los personajes de la tragedia: deseo de venganza, relaciones entre hermanos, motivaciones antagónicas, impulsos, lucha interior, nos conduce a pensar que esos conflictos surgen de la mente del dramaturgo, entonces podemos decir que el dramaturgo transita conscientemente por esos estados y que Nietzsche, fue quien, a mi modo de ver, más se preocupó por investigar estas cuestiones.
 Que Nietzsche fue un escritor preocupado por develar los mecanismos del hombre en el proceso de la creación artística, puede leerse a partir de   El Nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, libro problemático que fuera publicado en el año 1872, luego de haber pronunciado las conferencias  Drama musical griego  y Sócrates y la tragedia.

            En este escrito polémico, Nietzsche busca los factores que afectan la psicología del hombre trágico, la psiquis del artista inspirado, del adivino, del místico, articulándolos en el discurso filosófico que expresa la multiplicidad  de los desiertos, que como espacios lisos, están poblados de música[6].
    En El Nacimiento de la tragedia Nietzsche plantea la necesidad de " Ver la ciencia con la óptica del artista, y el arte con el de la vida[7]"  a través de un análisis sobre los griegos, que para el filósofo alemán, " continúan siendo completamente desconocidos e inimaginables[8]" 
         El hombre caviloso y amigo de enigmas a quien "se le ha deparado" la paternidad de este libro, pregunta por la relación del griego con el dolor,  por su grado de sensibilidad, y si  permaneció idéntica a si misma esa relación: ¿ de dónde surge el anhelo de belleza, de fiesta, de diversiones?. Nietzsche, relacionando en su respuesta,  la carencia, la melancolía y el dolor y haciendo referencia a la demencia dionisiaca, como síntoma de degeneración, de cultura demasiado tardía, ubica al arte como la  actividad metafísica del hombre. [9]
        En El Nacimiento de la tragedia leemos: " el éxtasis del estado dionisíaco, con su aniquilación de las barreras y límites habituales de la existencia, contiene, mientras dura, un elemento letárgico, en el cual se sumergen todas las vivencias del pasado" [10], en relación con la temática del eterno retorno, aún no planteada en este período, puedo observar como el pensamiento de Nietzsche se encamina en la búsqueda del tratamiento filosófico del olvido que obliga a dividir la realidad en estados, que él llama " "realidad cotidiana" y " mundo de la realidad dionisíaco"[11]. Para crear una obra de arte estos dos elementos entrelazados deben unirse, y para lograrlo, según Nietzsche es necesaria la embriaguez.
           Nietzsche entiende la embriaguez como sentimiento de plenitud y de intensificación de las fuerzas, sentimientos merced al cual idealizamos haciendo partícipes a las cosas.
           El estado de embriaguez es el estado en el que uno enriquece todas las cosas con su propia plenitud, nos atrevemos a pensar en la embriaguez como similar a la inspiración.
           Según Nietzsche, el hombre en estado de embriaguez transforma todas las cosas hasta que ellas reflejan el poder de él. Este tener que transformar las cosas en algo perfecto es arte.
             Al pensar en la existencia de una  estructura dramática que  condiciona al artista, podemos pensar en la estructura, como una  totalidad compuesta de varios elementos que se relacionan contradiciéndose entre sí. Estos  elementos que componen la totalidad de esa estructura dramática, están relacionados por los conflictos que pueden ser internos, y esto se ligaría a la psicología de cada artistas en particular, así como externos, que tienen que ver con el contexto que rodea al artista, digamos con el entorno.                 
    En Nietzsche el conflicto aparece constantemente, aparece en un determinado lugar y en determinado tiempo: en el  "Aquí y ahora" del lector.
     Nietzsche busca explicar los conflictos con los cuales se encontraban los creadores al momento de la consumación de una obra de arte, intentando interpretar los mecanismos de las conciencias.
       Cuando Nietzsche escribe El Nacimiento de la Tragedia, el romanticismo, entendido como movimiento artístico alemán, que constituye el reflejo de una concepción del mundo, más o menos íntegra, artístico - filosófica, en viva contradicción con la filosofía pesimista de Schopenhauer, conforman el entorno en el cual escribe esta obra.
      Una de las tareas de los románticos fue la de interpretar la ironía como "una expresión de la contradicción entre lo condicional y lo incondicional" De este modo, la contradicción expresada desde el punto de vista filosófico, puede entenderse suponiendo al yo como infinito, libre y poderoso, mientras que el mismo yo, transformado en hombre común, es débil y nulo. La ironía romántica es la manifestación de esa contradicción entre la infinita libertad del espíritu humano y el estado limitado de las fuerzas reales del hombre.[12]. Queda estrechamente ligado con la concepción del filósofo que crea y tiene conocimiento simultáneamente, de que está creando, esta circunstancia lo hace llegar al reconocimiento de la imperfección de su obra, de la insuficiencia de sus fuerzas para alcanzar el ideal infinitamente lejano. Al introducir la ironía, o mas bien, el elemento irónico, el filósofo reconoce abiertamente su impotencia, y se limita conscientemente a si mismo. Transforma el proceso creador en un juego libre, en una sucesión incensaste de autocreación y autodestrucción. Elevándose así por encima de si mismo y de su creación, sin permitir a la materia, es decir a lo perecedero y finito, que lo esclavice, sino por el contrario, elevándose por encima de la misma en la autolimitación consciente, el filósofo realiza el gran designio del libre yo: lucha contra lo que forma el no - yo - la realidad ambiente - y, por ello mismo, lo vence. Así se establece el extremo subjetivismo.
     El  Nietzsche metafísico se tiñe de estos elementos,  es la fantasía, que comienza donde termina la razón, la que señala al hombre el camino hacia la divinidad.
       Nietzsche presenta las ideas abstractas sacadas de la vida misma, exigiendo al lector que piense, propone como labor para aquel que quiere transformar toda su manera de pensar, que declare perdido el tiempo, y siguiendo a Schopenhauer, se verá obligado, a pesar de los esfuerzos de todos los aprendices antes,  a empezarlo todo desde el principio.
       Este principio es el de  El Nacimiento de la tragedia, libro enigmático, en el que Nietzsche logra exponer la fantasía creadora del artista griego, utilizando la filosofía para "anunciar y denunciar"[13] la revelación directa de lo mágico en la música.
     En El Nacimiento de la tragedia, el éxtasis inspirado del artista griego revela y descubre los misterios cosmogónicos con mayor profundidad que el trabajo escrupuloso y minucioso del filósofo.
      Frente a la concepción dialéctica y cristiana, Nietzsche opone, según Deleuzze, la visión trágica del mundo, instaurando una nueva concepción de lo trágico, que toma como fondo la figura de Dionisio, cuyos sufrimientos de individuación se contradicen en el mundo apolíneo.
           Nietzsche habla de un lenguaje propio en las dos divinidades griegas: Apolo y Dionisio, y relaciona ésta última con la música y a la voluntad helénica con la sensación del sueño o de la embriaguez.       
    Deleuze, interpreta que el drama, es pues, " la representación de nociones y acciones dionisíacas[14]".                               
  Es en este contexto, en el que  Nietzsche interpreta al hombre filosófico como aquel que tiene el presentimiento de que también por designio de esta realidad en que nosotros vivimos y somos, yace oculta una realidad del todo diferente. La relación que el filósofo mantiene con la realidad de la existencia, es similar a la que el hombre sensible al arte mantiene con la realidad del sueño.
 Embebido de Wagner y Schopenhauer e intentando demostrar que la música es la "auténtica Idea del mundo", y que el drama es tan sólo " un reflejo de esa idea, una aislada forma de la misma"[15],  Nietzsche pregunta por las fuentes que hicieron que los griegos interpreten los mitos trágicos, y afirma que esto fue posible porque los griegos interpretaban dotados del poder de la representación simbólica de la sabiduría dionisiaca y  de medios artísticos apolíneos[16].
 Aquí se encontraría, a mi modo de ver, la esencia de lo trágico, que según Deleuze, es " la afirmación múltiple y pluralista[17] " , en esa multiplicidad en la que se afirma la tragedia como fenómeno estético.
  Partiendo de la creencia en el poder artístico como lo "eterno y originario[18]", esa fuerza que hace existir al mundo entero de la apariencia: lo dionisíaco; en cuyo centro se hace necesaria una nueva luz transfiguradora, es indispensable para mantener con vida al animado mundo de la individuación[19].
       El artista, cuyos principios son Apolo y Dionisio, que utiliza como mecanismo los excitantes de la vida, los estimulantes de la voluntad de poder, aplica también en su creación esa distinción que marca Deleuze, entre la traza y la excitación que rechaza las huellas de la memoria.[20]
   Frente al trágico:  Sócrates, que hasta sus últimos días se tranquilizó con la opinión de que su filosofía era la mística suprema, haciendo que la filosofía sea el lugar en el cual el instinto se convierte en crítico, y la consciencia en un creador.
       Este Monstruo defectus de toda suposición mística, impulsa el desarrollo de la naturaleza lógica;  un desarrollo tan extensivo como en el místico lo tiene aquella sabiduría instintiva.
        A partir de la racionalidad socrática, Nietzsche pone fin a la época trágica, porque lo que Sócrates niega es la esencia trágica; el arte, convertido en símbolo ontológico de Nietzsche, concibe la esencia básica del ser, como fondo primordial que juega el juego de la construcción y destrucción.
         Este lugar del autoconocimiento de lo verdaderamente existente, es el arte trágico, que, en El Nacimiento de la tragedia, ocupa el lugar del autoconocimiento del juego trágico, que Fink define como " autorrepresentación del juego cósmico del ser[21]".
          Nietzsche reduce la verdadera experiencia del ser en lo trágico, en la experiencia trágica, que, como pathos, se alimenta de saber que todo es uno, a través de un movimiento rotatorio que no deja de ser misterioso, porque intenta conocer la identidad de Dionisio.
      Lo decisivo del nacimiento de la tragedia, lo que podemos rescatar para este trabajo es el hecho de lo dionisíaco como único símbolo y única experiencia existencial, el hecho del antagonismo entre Apolo y Dionisio, como poderes básicos de la realidad del mundo.[22]
    En la conferencia Sócrates y la tragedia, Nietzsche afirma que Eurípides es el primer dramaturgo que sigue una estética consciente, que intencionalmente busca lo más comprensible: " sus héroes son tal como hablan". Según Nietzsche, hasta Eurípides ningún poeta de la antigüedad, había sido capaz de defender lo mejor suyo con razones estéticas.
      La tesis de Sócrates: " Todo tiene que ser consciente para ser bueno", se liga paralelamente a la tesis de Eurípides: " Todo tiene que ser consciente para ser bello", con esta relación, Nietzsche denuncia la muerte de la tragedia; en palabras de Nietzsche: " ... Imagínense una voluntad enorme detrás de un entendimiento tan unilateral, la personalisma energía tuvo que ser arrastrada de manera tanto más inevitable a la escarpada vía de su crear artístico consciente..."
     Ese espectáculo que Nietzsche ve como juego de ajedrez, como pieza de intriga, hacen que el instinto se convierta en crítico y la conciencia en creadora.
     Los griegos creían entonces, en la fatalidad de las fuerzas naturales; y creían también que el  hombre debe crearse a sí mismo sus virtudes y sus dioses.
     Nietzsche desprecia la tragedia y lo declara: esto basta para que el joven Platón, que tal vez hubiese superado al mismo Sófocles, escuche al nuevo maestro, queme sus  versos y renuncie al arte.
Sócrates realiza con éxito la más decisiva de las revoluciones. Desconcierta a la vieja humanidad instintiva y lírica, y, por boca de Platón, al que ha seducido; impone la ilusión desconocida por los antiguos, de una naturaleza desconocida por la razón del hombre, penetrada totalmente por ella y perennemente armoniosa.[23]
      La pregunta: ¿ Cómo llega a su fin el arte antiguo?.  Nietzsche sostiene que la tragedia  desaparece después  de  Sófocles, que Sócrates es la catástrofe ya que  suprime  la  antigua  poesía, no  escribe, no enseña, apenas  habla; plácida lógica que convence a sus discípulos de  su ignorancia, ríe de su absurdo y  los obliga a que ellos mismos rían.[24]
      El mundo de Nietzsche está constituido por su experiencias, por los acontecimientos y las corrientes de su tiempo, por sus reflexiones históricas y críticas, por sus lecturas - ¡ y qué lector fue Nietzsche!
      Con su estética literaria impregnada de saber académico, pensando el conflicto trágico como un constante choque de objetivos, denunciando en Sócrates; el poder de transformar la conciencia en creadora, cuando en verdad, la creación es un movimiento inconsciente devenido metáfora, porque para el escritor, son las palabras por si mismas las que aparecen, a quienes él  oye devenir imagen, chocar entre ellas, las palabras como música divina, sin lengua que las identifique en el nombrar; cuando lo que se manejan son emociones devenidas, cuando  se trata es de conmover al lector; por eso Nietzsche es un creador, porque él nos ha enseñado a creer en la conciencia ya sin yo sino con yoeidades, y con el dolor de no poder hacer otra cosa más que escribir. Desde esta concepción el decir del poeta será poema dramático, producto del lamento del descubrimiento que con o sin dios, igual se sufre, igual se  muere. Tal vez, ingresando en el ritual de Dionisio, que significa transformarse en obra de arte, convertirse en un medio para analizar cuestiones filosóficas a través del cuerpo, podemos pensar en Nietzsche como hombre trágico, que utilizó su propio cuerpo para no reprimir el dolor de ser escritor -  dramático.
Mag Vernunft den Vernünftigen erbauen
Der Künstler soll mur die Kunst verdauen
Und doch hat ein  Künstler soll nur die Kunst verdauen
Und doch hat ein Künstler dies Buch geschrieben
Nicht seine Vernunft that es that sein Lieben.[25]                          Friedrich Nietzsche



                                     



[1] Cf. Hávely, Daniel., La vida de Nietzsche, Pg.35
[2] Ibídem.
[3] Ibídem. pg.38
[4] Ibídem.pg.41
[5] " Sólo soy un creador de palabras: ¿ qué importan las palabras? ¿ qué importo yo?.
Nietzsche, F. Poesía completa, Pg. 182. 
[6] véase esta idea, en capitalismo y esquizofrenia, rizoma.
[7] Cf. Nietzsche, F. ,  El nacimiento de la tragedia, Pg. 31
[8] Cf. Nietzsche, F. ,  El nacimiento de la tragedia, Pg. 29
[9] Ibídem. Pg, 31.
[10] Cf. Nietzsche, F. , El Nacimiento de la tragedia, pg. 244.
[11] Ibídem.
[12] Ignatov, S. Historia del Teatro Europeo
[13] En el libro Nietzsche, camino y demora, Cragnolini, nos muestra a Nietzsche como profeta del nihilismo Europeo de los dos últimos siglos. " Los profetas han tenido siempre una misión doble: anunciar y denunciar.", pag. 15
[14] Cf. Deleuze, G. , Nietzsche y la Filosofía, Pg. 22
[15] Ibídem. Pg. 171
[16] Ibídem. Pg. 174.
[17] Deleuze, G. Nietzsche y la filosofía, pg.
[18]  Ibídem.
[19] Ibídem. Pg. 190
[20] Cf. Deleuze, G. Nietzsche y la Filosofía, pg. 202.
[21] Cf. Fink, E. La Filosofía de Nietzsche, pg.
[22] Cf. Fink, E. La filosofía de Nietzsche, pg. 23.
[23] Ibídem. pg. 79
[24] Ibídem. pg. 78
[25] Razón quiere erigir lo razonable /que el artista sólo asimile el arte/
¡ más un artista escribió este libro!/ No lo hizo su razón, su amor lo hizo.
Cf. Nietzsche, F. , Poesía Póstuma, pg. 107




















.



























No hay comentarios:

Publicar un comentario