lunes, 18 de julio de 2011

Filosofia muerta para hombres muertos


                 Heidegger escribe El final de la filosofía y la tarea del pensar bajo una pregunta inmanente, 
¿ qué es pensar?.
     Dos cuestiones  son las conductoras de este ensayo, una es ¿ En qué sentido ha llegado la filosofía a su final en la época presente? Y la otra es:  ¿ Qué tarea le queda reservada al pensar al final de la filosofía?.
          Para responder el primer interrogante, Heidegger plantea que la  filosofía es metafísica ya  que piensa al ente en su totalidad y busca el fundamento de lo que es el ser, parte de lo presente, y representa al fundamento que  se muestra como presencia.
El final de la filosofía, según el autor de Ser y  Tiempo,  se produce partir de las necesidades de las épocas;  cuando se reúne la totalidad de su historia en su posibilidad límite. Heidegger marca  tres momentos para mostrar que la reunión de posibilidades límites es el final como acabamiento, estos son: 1)  El marxismo  como posibilidad límite del final de la filosofía. 2)  La emancipación de la ciencia que ayuda al acabamiento de la filosofía ya que el despliegue de la ciencia lleva sin dudas a una posibilidad para el pensamiento, pero  esta tarea  no  es accesible a la metafísica.3) La filosofía se transforma como ciencia empírica del hombre, en cibernética  y llega  a dominar el arte.
    En el horizonte de la filosofía, preguntar por la tarea del pensar significa: determinar aquello que concierne al pensar, lo que todavía es cuestionable para él, o sea,  el motivo de controversia. Sin embargo hay un supuesto pensar que se contenta con despertar una disposición humana a una posibilidad.  Un pensar que tiene  que aprender primero a conocer lo que le queda reservado y guardado y a entregarse a ello, porque es en  ese aprendizaje donde se prepara su propio cambio.
              En la época más reciente y por sí misma, la filosofía ha llamado expresamente "pensar",  a la cosa misma. O sea que la pregunta por el pensar es la pregunta por la cosa de la filosofía.
        La filosofía transformada en historia de la mera caída,  intenta despertar una nueva forma de pensar, Heidegger tomará la determinación del pensar que  adopta la filosofía en el presente, a partir de  la llamada a la cosa misma que hace Hegel en el prefacio al Sistema de la ciencia de la lógica. En esta llamada la cosa de la filosofía aparece " en sí misma"  y es determinada históricamente como subjetividad, sin embargo se rechazan las relaciones inadecuadas de la cosa,  ya que, según Heidegger,  cuando Hegel explica en el prefacio que " lo verdadero" no se puede expresar como sustancia,  sino como sujeto", quiere decir que el ser del ente, la presencia de lo presente, sólo se patentiza, si se hace presente en la Idea absoluta.
       Si el devenir del Ser hacia sí mismo tiene lugar en la dialéctica especulativa, y el movimiento del pensamiento, el método, es justamente la " cosa  misma", lo que exige la llamada a la cosa misma es un método adecuado a la  cosa.
        En el ensayo La filosofía como ciencia estricta se escucha nuevamente el llamado a la cosa misma que hace Husserl. En este caso, apunta a una dirección distinta de la de Hegel, refiriéndose a la psicología naturalista, que pretende ser el verdadero método científico para investigar la conciencia. Este método cierra  el acceso a los fenómenos de la conciencia intencional.
        Tanto para Husserl como para Hegel, la  " cosa" de la investigación filosófica es la subjetividad de la conciencia, esto implica la posibilidad de encontrar la objetividad de todos los objetos (el ser del ente) en su legítima estructura y estabilidad. La subjetividad trascendental se muestra como el único ente absoluto, y como método de la " ciencia universal" de la constitución del ser del ente, es también el modo de ser de ese método.
        La dialéctica especulativa de Hegel es el movimiento en el que la " cosa" en cuanto tal, llega a sí misma, a su correspondiente presencia.
     El método de Husserl debe llegar a la " cosa" como tal, llegar a sí misma, a su correspondiente presencia, de una forma definitivamente válida, presentarse ella misma.
        En el intento de poner ante los ojos la  tarea del pensar,  Heidegger se pregunta por lo queda del pensar tras la llamada a la cosa misma.
        El camino del pensar necesita de una  Lichtung capaz de ser atravesada.
Y en ella reside la posibilidad del " aparecer". Lichtung puede interpretarse como el claro, la luz que oculta el pensamiento en el desvelo, el método al que se confía todo pensar bajo la forma de filosofía  que sigue la llamada a la cosa misma.
        Heidegger advierte que la Lichtung imperante en el Ser y la presencia sigue sin pensarse en la filosofía, aún cuando se hablase de ella en sus comienzos.
(Cita el poema de Parménides, donde se nombra el no - ocultamiento. )
         El hombre que reflexiona debe conocer el corazón que no tiembla  del no-ocultamiento. Esto significa que lo nombra con lo más propio, nombra el lugar de silencio que reúne en sí lo único que ofrece el no - ocultamiento. El tranquilo corazón de la Lichtung es el lugar del silencio, en el que se da la posibilidad del acuerdo ente ser y pensar, es decir, entre presencia y recepción.         
         Independientemente de lo que pueda o no ser aprehendido, la presencia como estancia en lo abierto - necesita siempre de la Lichtung ya imperante.
      En la medida en que se entiende " verdad" en el sentido " natural" tradicional, como la concordancia probada ónticamente entre el conocimiento del ente y en la medida en que se la interprete como la certeza del ser sobre el ser, el no-ocultamiento como Lichtung no podrá ser equiparado a verdad.
       Ni en Hegel ni en Husserl la metafísica pregunta por el ser en tanto que ser, es decir, no se plantea la pregunta: ¿ en qué  medida puede darse la  presencia como tal?. El concepto " natural" de verdad, ni siquiera en la filosofía de los griegos se refiere al no-ocultamiento.  Todavía no se ha resuelto de qué manera debe conocerse para que pueda ser accesible al pensar, lo que no necesita ninguna demostración.
         Tal vez hay un pensar más sencillo que el imparable desencadenamiento de la racionalización, y el arrastrar tras de sí de la cibernética. La racionalización científica - técnica que domina la época actual se justifica sorprendentemente cada día por sus efectos todavía imprevisibles.
     El final de la filosofía ¿quiere decir el comienzo de la civilización mundial fundada en el pensamiento europeo occidental?   Este texto es una meditación que se queda en pregunta, y   la pregunta   que sirve como un  camino para la transformación del pensar, obtiene la tarea que consistirá, para Heidegger, en el abandono del pensar anterior, para determinar lo que es la " cosa" del pensar y de esta manera configurar el planteamiento de Ser y Tiempo.

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